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Foto del escritorAlejandra De Yturbe

Cajas vacias: ¡El mejor regalo!

Este es un excelente ejemplo de lo que es una actividad de bajo presupuesto y alta creatividad accesible a todos. Creo que todos tenemos acceso a cajas de cartón -sean chicas o grandes- y podemos disfrutar de estas ideas. Empezaré por mis favoritas: las cajas grandes. Estas no llegan a casa todos los días, como las cajas de regalos, de zapatos o paquetería. Es un gran momento cuando tenemos acceso a una caja de refrigerador o de tv. Esto es lo que las hace más especiales aún. Si no las tienes, en cualquier súper o bodega te las dan o puedes ir a las paqueterías que siguen abiertas. Aquí van 5 ideas para sacarle provecho a una caja vacía


1- Caja mágica.

Esto funciona más para niños de kínder. Solo dales la caja; no des instrucciones, observa. Si no ves reacción, empieza a jugar tú mismo con la caja. Piensa, ¿cómo te meterias a la caja?, ¿primero los pies o primero la cabeza?, ¿cómo crees que lo harían los niños? Para ti la caja quizás es un sombrero; para el niño, un avión. Ya que el niño empiece mostrar interés por la caja, analiza si te mantienes observando o interactúas con un simple peekaboo.

( En foto1: @antonio_abud26 )


2- Pinta la caja.

Desármala y aplánala para usarla como lienzo tapete. De preferencia en traje de baño o pañal para que el niño se pueda manchar. Será una sensación diferente el pintar con el cuerpo a la de pintar sentado y con orden. Deja que use los pies, que brinque y se acueste sobre la caja.


3- Caja edificio.

Si la caja está rota o desarmada, ¡vuelve a armarla!


Consigue duck tape o cinta canela y hazla lo más firme posible. Con un cuchillo hazle puertas o ventanas. Eso sí, esta actividad requiere TIEMPO. O sea que prográmala para un fin de semana o una tarde libre. Saca pintura en palanganas y pinta con brocha o esponjas. NO uses pincel, porque el niño se va a frustrar de nunca acabar de pintar algo tan extenso con un pincel delgado. Después disfruta cómo ese cartón se convirtió en una tiendita, escuela o casa que incentivó un nuevo tipo de juego.



4- Caja pimpeada.


Consigue unos plumones de preferencia tipo sharpie para que el niño decore su caja. Puede ser por dentro o por fuera. En mi experiencia, les encanta meterse y “equipar su casa”.


Por ejemplo, le pintan una repisa con florero, el teléfono, la tele, por supuesto, etc. Luego, seguro te invitarán a dar el tour por su casa/caja y te podrás dar cuenta de los objetos a los cuales les da importancia en tu casa: ¿le puso cuadros?, ¿plantas?, ¿puro electrónico? A diferencia del punto anterior, si te agarraron las prisas, únicamente tapas los plumones y sigues otro dia.


5- Poner foquitos.

Este lo hago cada año y cada año es un hit.

Normalmente lo hacemos en Navidad que es cuando salen las guías. Primero se hacen huequitos con un cuchillo o tijeras. Puede hacerlo tu hijo con supervisión; es bastante seguro y podría ser una manera de hacer sentir responsable y útil a un niño que se hace mayor. Luego se van poniendo los foquitos. Al final, pídele a tu hijo que entre a la caja, conectas el enchufe y ¡woooooow!

( En fotos: @constanza_zd @mcrascon )


Hazlo tú y verás. Cuando ya haya pasado el furor de entrar a la caja, se puede convertir en la casa de los muñecos y seguirla decorando.


Es importante tener en cuenta que las cajas son temporales y se van a romper o mojar. Aunque es frustrante ver a los niños llorar, especialmente cuando pierden algo que ellos hicieron con trabajo, cuando el cartón se rompe, es un excelente recordatorio de que no todos los juguetes son de plástico y duran por siempre. ¿Alguna vez te escondiste en una caja? Cuéntame, cuando eras niño, ¿en qué se convertían tus cajas?

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