Nos tocó quedarnos en casa y en tiempos de calor. Separados cada quien con los suyos, pero unidos como humanidad por la tecnología. Me han llegado innumerables links de cursos online, visitas y viajes virtuales, reuniones de zoom, rutinas de ejercicio, memes, news, fake news, tik toks... ¡Padrísimo! pero por momentos siento demasiado tiempo de pantalla. Este artículo, que irónicamente estas leyendo en una pantalla, espero que te lleve a tener otros momentos lejos de ella.
Adaptarse a las inclemencias del clima, es una habilidad que hemos ido perdiendo, debido al aire acondicionado. Nuestros antepasados construían casas con techos altos, circulación cruzada, patios y dormían en hamaca. Sus negocios, abrían temprano y cerraban a las 3 p.m. para una siesta. Sin el AC, la vida moderna como la conocemos no sería posible. Si bien este invento moderno es una maravilla, de vez en cuando démonos la oportunidad de gozar el calor y propiciar actividades “al rayo del sol”.
Además en estos tiempos de crisis económica, a todos nos viene bien el ahorro de energía.
La propuesta más divertida para hacer en familia: ¡Todo lo relacionado con agua!
Obviamente la piscina o el mar son el oasis ideal para refrescarnos y jugar. Pero aquí te quiero dar otras opciones, buscando que el desperdicio de agua sea mínimo.
1. Regadores. Si tienes un jardín, programa la hora del riego con la hora del juego. Lo ideal sería que el juego surja de manera libre, eso es parte esencial del aprendizaje infantil. Quizás, sean ellos los que definan el juego y sus reglas. Si no sucede de manera espontánea, les puedes proponer "pesca-pesca" con el regador o limbo.
2. Charcos. Un poco más complicado porque por lo general son en los caminos. Pero si se hacen charcos, por favor sal a brincar y enlodarte.
3. Cubetas. Escoge un lugar poco resbaloso y saca algunas cubetas llenas a la mitad de agua. De tu cocina lleva utensilios varios (nada de cristal): cucharas, embudos, coladores, espátulas, tuppers, ollas, vasos, lo que encuentres. En mi experiencia, este juego normalmente termina en “El Restaurante”, donde “probarás” sopas de pasto, jugo de lodo o machacado de flores. Si el niño es chico, más bien se concentrará en pasar el agua de un bote a otro… o mojarse.
4. Jabón. ¡El factor burbuja siempre es un hit! Este sería una variante de las cubetas.
Aquí dos ideas buenísimas:
a. Gusanos de jabón:
Necesitas: Botella de plástico Tijeras Un par de medias viejas o tela de algodón Ligas Jabón líquido de trastes Recipiente para sumergir la botella Agua
Instrucciones: Corta la boca de la botella unos 7 cm. Coloca un pedazo de media o tela de algodón en el lado con el hoyo más grande. Amarra con ligas pero cuidando dejar la boca de la botella descubierta. En un recipiente coloca agua y jabón líquido. Revuelve y sumerge el pedazo de botella cubierta. Sopla por el la boquilla y... ¡A jugar!
b. Y esta receta de burbujas gigantes que aprendió mi hija Isabel en el colegio.
Para mí, la mejor que hemos hecho. En mí página puedes encontrar un video con el paso a paso de esta divertida actividad.
¡Puedes hacer clic en la imagen para conocer la receta!
5. Lavar y limpiar. Si hay fascinación por el jabón, aprovecha. Lleva la cubeta al coche y a “lavar”. Acuérdate que es una actividad divertida; no van a terminar y dejar el coche brillante. Con mis hijas me ha funcionado el lavar ropa; especialmente si les doy un cepillo. No sé por qué, pero sienten que tienen que tallar y raspar la ropa para dejarla limpia.
6. Resbalarse. Un reto al orden de la casa, pero ¿por qué no?
¡Mueve muebles, tira agua con jabón y a resbalarse al estilo rockero!
Un must: que el piso sea lisito y ten la pomada de raspadas a mano, porque seguro después terminarán con las rodillas rojas, pero ¿qué es una niñez sin raspones?
7. Aquí está nuestro último descubrimiento durante la cuarentena: tapetes de yoga con agua y jabón. Empezó por una necesidad de limpieza y terminó en un gran juego. Hicimos bailes, dibujar con espuma, escribir con los pies y resbalones.
¡Inténtalo se siente delish en los pies!
"El agua es un elemento mágico y terapéutico que a los niños les encanta"
Creo que la mayor razón es que cuando hacemos actividades con agua, los adultos estamos en constante observación, por el riesgo que implica. Esta atención ininterrumpida es percibida por el niño, haciendo el momento añorado y especial.
Comments